- Perseguir la felicidad es la más frecuente causa de la infelicidad.
- Elijo ser feliz, con lo que tengo y con lo que vendrá.
- Si entrenas tu mente, la vorágine de pensamientos se acalla y deja espacio para la calma.
- La felicidad no depende de lo que tienes o de quien eres. Se basa únicamente en lo que piensas.
- Permítete en la meditación dejar por un momento el ‘modo hacer’ por el ‘modo ser’.
- Hay muchas posiciones para meditar. Una bien sencilla es sentarse en medio loto (que aporta la estabilidad y dignidad suficientes), sobre un zafú o un cojín algo rígido (para evitar posibles dolores de espalada). Columna erguida, hombros abajo, y barbilla inclinada. Cerrar los ojos, relajar la frente, aflojar la mandíbula y si es posible esbozar una media sonrisa…estaréis bien predispuestos para vuestro momento de paz mental.
- Al igual que nos preparamos el lugar, la actitud, y a postura para la meditación, es fundamental la transición al acabar la misma. Pasemos de la calma, suavemente, a la actividad, sin prisa. Moviéndonos poco a poco, intentando que el estado mental alcanzado nos acompañe el máximo tiempo posible y que impregne cada tarea de nuestro día.
- La atención plena es como una lámpara en nuestro interior. Sólo hay que encenderla.
- La calma es que nada te preocupe.
- Salud es también lo que piensas.
- Primero sonríe, luego aparecerá el motivo.
- La calma llega cuando dejas de luchar y comienzas a fluir.
- No intentes arreglar tus problemas, arregla tus pensamientos y tus problemas se arreglarán solos.
- Ni salud, ni dinero, ni amor, la calma mental lo engloba todo.
- El cambio es difícil al principio, confuso a la mitad y precioso al final
- Ocúpate de ellas, pero no te preocupes de las cosas
- Si quieres cambiar, no elijas siempre lo mismo
- Que tengas luz para reconocer las cosas que no puedes cambiar.
- La felicidad reside en la aceptación, no en la resistencia